Y de repente surgió de la nada,
blandiendo la espada de la lucha sin cuartel ,
cosaco del corazón ,
titiritero de almas ,
gañán del amor ,
juglar de cabezas enredadas.
Tremenda fue la batalla
que llevó a sentir el frío de la escarcha,
que se levanta entra la derrota de la cabeza,
y la victoria de la imaginación malvada,
pervertida por las cosas que poco importan ,
o mejor, que no importan nada.
Esta figura que le aplasta
no deja surgir de su personalidad la magia ,
cercenando su voluntad,
visionario de grandezas ,
proyector de Hazañas,
torbellino de ideas
que no apaciguan su ansia.
El tiempo transcurre y no da tregua,
horas inacabadas.
Su voracidad,
pleno de decisiones no tomadas ,
opiniones desarboladas ,
que te abruman pero que no engañan .
Llegó la hora de narcotizar tal avalancha ,
convertir con pastillas la tormenta en fina lluvia
para esperar que llegue la calma.
Y qué enorme vacío se queda en el pantano de aguas estancadas,
sin corriente,
sin mareas ,
sin pensamientos ,
sin palabras........
Con suerte resurgirá y volverá de la nada.
Perdió el cosaco su terrible espada ,
......perdió la batalla...,
siempre quedaran secuelas ,
escenas inacabadas,
rastros imborrables de esta cruenta batalla .
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